jueves, 26 de mayo de 2011

FINANCIACIÓN PÚBLICA PARA EMPRESAS


Cuando parece que todas las cajas de ahorro se convertirán en bancos, los bancos seguirán con sus beneficios y con el grifo del crédito cerrado, el gasto público continuará decreciendo debido a la presión por la deuda, algunos vemos la necesidad de la creación de un Banco Público, propiedad del estado, que permita inyectar dinero a las PYMES y familias que lo necesiten, si así se estima oportuno, y que reinvierta los beneficios en la sociedad. Escucho voces que dicen que eso es nacionalizar, que pone en peligro la estabilidad, como si no la hubieran pulido las malas prácticas de los mercados. También me dicen que cómo se crearía, que cómo se haría, etc., etc. Ante estas preguntas, y centrándome en la financiación de PYMES, he de decir que el Estado ya tiene instituciones que practican las conocidas como “Ayudas reembolsables”. O sea, préstamos a empresas viables que necesitan liquidez o a emprendedores que quieren iniciar su negocio. Éstas son:

1.- Instituto de Crédito Oficial que, según leemos en su página web, es: “una entidad pública empresarial, adscrita al Ministerio de Economía y Hacienda a través de la Secretaría de Estado de Economía, que tiene consideración de Agencia Financiera del Estado”. Su objetivo es “el crecimiento y la mejora de la distribución de la riqueza nacional y fomentar aquellas actividades económicas que por su trascendencia social, cultural, innovadora o ecológica merezcan una atención preferente. Porque el ICO apoya los proyectos de inversión de las empresas españolas, para que sean más competitivas y contribuyan al progreso económico de nuestro país”.
El ICO tiene líneas de financiación que, sorpresa, se comercializan a través de los bancos. ¿Por qué no las gestiona directamente asegurándose que llegarán a quienes tienen que llegar?

2.- El Estado tiene una empresa pública llamada ENISA, cuyas siglas significan Empresa Nacional de Innovación, y que es, citando de nuevo textualmente la información de su web, “una empresa de capital público adscrita al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a través de la Dirección General de Política de la Pequeña y Mediana Empresa”. Enisa ofrece “Préstamos participativos” a PYMES y a emprendedores con un proyecto viable.

Con estos dos ejemplos quiero reflejar que el estado tiene instrumentos que intentan inyectar liquidez a las empresas cobrando intereses, que nadie crea que es a fondo perdido. Entonces, ¿es tan descabellado pedir una banca pública que se autofinancie con los intereses cobrados y que reinvierta esos beneficios en intentar crear empleo y tejido productivo? ¿No pueden el ICO y ENISA funcionar como tal, uniéndose, para beneficiar a proyectos de interés social que no encontrarían financiación en la banca privada?

Bueno, es una reflexión que dejo en el aire.

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