viernes, 26 de abril de 2013

Libros: Poder y contrapoder en la era global, por Ulrich Beck


El ensayo Poder y contrapoder en la era global, escrito por el sociólogo Ulrich Beck,  plantea -por lo menos a mí me lo ha sugerido- un elenco de cuestiones a las que debemos hacer frente. En un mundo globalizado con grandes problemas medioambientales, de violaciones de derechos humanos, de desempleo y de  pobreza, las soluciones, aunque creamos que debe tomarlas cada país por separado, exigen un planteamiento amplio. Frente a la globalización del capital se debe contraponer la globalización de la lucha y de las medidas.

Beck nos dice que hay que ir más allá del Nacionalismo Metodológico.  Ésta última forma de pensar se traduce  en movernos todavía en criterios de etnicidad, nación, fronteras nacionales o proteccionismo. A esta mirada transnacional, la que se supone que debe superar al nacionalismo metodológico, se la llamará visión cosmopolita. ¿Por qué esta visión? El autor nos da algunas pautas:


  • Hoy en día, a diferencia de las invasiones militares y coloniales, el capital no amenaza con quedarse o llegar, amenaza con irse o no llegar, o sea, con no-hacer. Mientras existan paraísos fiscales y países que bajan las condiciones salariales de los trabajadores para competir con otros, se ve muy difícil mitigar  y eliminar  las consecuencias negativas de la globalización.
  • El neoliberalismo, que necesita del estado para mantenerse, ha impuesto una visión de la pobreza muy supeditada a lo que cada país haga dentro de sus fronteras. Utilizando al FMI y otras instituciones, se imponen condiciones pésimas a la economía de muchas naciones, amenazando con no prestar  dinero. De nuevo, el capital amenaza con no actuar y utiliza organizaciones internacionales.
  • En cuestiones medioambientales y de derechos humanos, además de otros elementos de riesgo para la ciudadanía, ¿no deberían ponerse los estados de acuerdo?, ¿no deberían cooperar?


El poder global ha cambiado, como bien dice Beck. Los estados tienen raíces y el capital, alas. Paulatinamente, el capital globalizado es un ente transnacional sin patria; no sabemos quiénes son los accionistas, quiénes toman decisiones, por dónde se mueven.
Frente a esto, es decir, como contrapoder al neoliberalismo y al capital globalizado, quizás existan varias opciones estratégicas por articular. Por un lado, el poder del consumidor político: si te niegas a consumir determinados artículos, el capital se resiente. Está claro que no votamos a los dirigentes de las corporaciones, pero si no se compran sus productos, la información está clara. Por otro lado, estaría el poder de los estados de llegar a acuerdos, creando organizaciones internacionales que funcionen de forma transnacional, al igual que muchas ONG.

Ulrich Beck establece nítidamente que la triada liberalización, privatización y desregulación, aupada por el neoliberalismo, lleva a una competencia entre estados que conlleva a: deterioro medioambiental, desempleo, pobreza, desigualdades y dificultades de financiar el bien común debido a la volatilidad del capital.

Aunque la salida que se plantea, a priori, sea la del proteccionismo, el sociólogo alemán mantiene que esa mirada está anticuada. Ante problemas que son globales, hay que establecer salidas globales.
En cuanto a los riesgos y peligros de la globalización -entre los que el terrorismo global se encuentra en el debate delos medios con bastante frecuencia-, el autor comenta que el mundo de hoy  no tiene que haberse convertido necesariamente en un lugar más peligroso (pág. 157).  Cito textualmente: “Más bien es la pérdida de confianza sistemática lo que hace ver a los consumidores <<riesgos>> por todas partes. A menos confianza, más riesgos. Cuanto mayor sea la conciencia del riesgo, más lábiles los mercados mundiales. Cuanto más lábiles los mercados mundiales, más grande el efecto bumerán de los riesgos sobre todos (incluido los consorcios y los gobiernos)”.

Está claro, tal y como expuse aquí cuando hablé de la obra de  Zygmunt Bauman, que la velocidad a la que cambia todo genera vértigo, y es posible que este vértigo incremente la sensación de riesgo.
Para ir concluyendo, el capital utiliza una serie de  estrategias para fortalecerse. Voy a resumir algunas de las que expone Beck. Primero: busca la autarquía, esto es, negar o minimizar la importancia del estado y la política. Segundo: busca usurpar. Si el capital se organiza en consorcios que controlan en forma de monopolios o cuasi monopolios sectores importantes de la economía, el poder de coacción al poder político es enorme. Tercero: amenaza con irse o del país o no llegar (como hemos comentado antes). Y cuarto: el concepto de soberanía económica, que no es otra cosa que el convencimiento de que el mercado funciona mejor solo, dogma establecido desde hace tiempo en nuestra cultura cotidiana.

Para implementar todas las estrategias esquematizadas anteriormente, el capital necesita una legitimación frente a la población. Sin duda, necesita de la política. Negar y necesitar la política, abjurar del estado pero apoyarse en él, son características muy comunes del capital neoliberal que se concentra en las grandes corporaciones. Hacerle frente será una dura tarea.

Ficha  del libro:
Título: Poder y contrapoder en la era global. Nueva economía política mundial.
Autor: Ulrich beck
Editorial: Paidós Estado y Sociedad 124


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